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(AL PRINCIPIO, ANTES DE QUE NOS SENTEMOS, SUENA EL          DE JULIA.) 

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JORGE Y SU OBRA

Ignacio: Jorge Navarro Pérez es por nacimiento y crianza “denominación de origen Castelldefels”. Aquí llegaron sus padres –ay María y Manolo, cómo os recuerdo- en una de las primeras oleadas de emigrantes desde tierras sevillanas.

Aquí nació e hizo sus estudios primarios y secundarios, y desde aquí se desplazó diariamente durante cinco años a Barcelona para licenciarse en Geografía e Historia en la Universidad de Barcelona.

Aquí ejerció como bibliotecario durante cinco años también.

Aquí comenzó a escribir relatos que publicó periódicamente en la revista ALGA.

Aquí comenzó a hacer sus investigaciones de historia local entre las que destacan el Crimen de Castelldefels que ha acabado integrándose en la trilogía novelística que presentamos y un estudio sobre el Castelldefels de los siglos XIX y XX.

Aquí, en Castelldefels, después de un periplo por Gavà, Sitges y Vilanova i la Geltrú, ejerce la enseñanza en IES Josep Lluís Sert.

Jorge: Antes de nada quiero agradecer a todos los amigos y amigas que a lo largo de estos años han leído los proyectos de novelas porque sin vuestra ayuda no  hubiera culminado la TRILOGÍA. No os citaré para no dejarme ninguno, estáis todos en las dedicatorias y en las páginas finales de cada obra. Respondiendo a lo que acabas de decir, no tengo conciencia de haber hecho tantas cosas. De alguna manera, era un bibliotecario que empezó a investigar la historia de un crimen para  saber cómo era nuestro pueblo, un historiador que empezó a hacer fotografías, un fotógrafo aficionado que empezó a escribir y un escritor que se convirtió en profesor (gracias a Ignacio, por cierto, que me dijo que se convocaban oposiciones). Por eso en esta página web he querido mostrar la evolución artística de una persona que ha ido haciendo las cosas a fuerza de tesón y voluntad (durante las vacaciones). Lo que no deja de sorprenderme, pues cuando de joven pensaba que no los tenía. Para mí es importante que hayas resaltado lo de ALGA porque fue mi escuela, una escuela de poetas en la que se inició un narrador. O mejor dicho, un artesano de la palabra, como me gusta considerarme.

 

 

LA TRILOGÍA DE RAMÓN CASAS

Ignacio: Una trilogía de casi mil cuatrocientas páginas formada por tres títulos que son cuatro debido a la extensión del tercero: La Tiranía del Espíritu, El Lugar Más Tranquilo y Todos Reciben, que se divide en dos partes: En el Polvorín y Empujados Hacia El Drama.

Jorge: Durante la redacción de la segunda novela supe que tenía que ser una trilogía para que fuera una obra redonda, pues quedaban sueltos muchos cabos. Quizá porque de joven disfruté mucho de Los Gozos y las Sombras de Torrente Ballester, una historia que transcurre en un pueblo gallego antes de que empiece la Guerra Civil.

 

 

Ignacio: Todo comenzó con La Habitación Rosa.

Jorge: La Habitación Rosa fue un cuento que se me ocurrió en 1991. La primera página la escribí de un tirón, pero al llegar al final no sabía cómo continuarlo. Pero como estaba estudiando el Crimen de Castelldefels, pensé que sería una buena idea hacer que trancurriera en la Barcelona de finales del siglo XIX. En ningún momento quise seguir la estela de Eduardo Mendoza, aunque acabáramos publicando

en la misma editorial. El problema es que el relato ganó un importante premio literario en Cuenca y me vi obligado a continuar la historia con el mundo del Barón de Castellfullit y su esposa y la aparición en escena de Ramón Casas, que también traía su mundo consigo, el de la bohemia y a través de su modelo, el del anarquismo, aunque él no lo sepa.

Lo que la gente no sabe es que el Crimen de Castelldefels se coló en la trama muy tarde, cuando descubrí que los pasos del barón, un sosias de Manuel Girona, lo conducían a Castelldefels y a su castillo.

 

Ignacio: En aquel viaje en tren que nos mete de lleno a todos en el meollo de la sociedad barcelonesa, como si aquello fuera el camarote (de lujo) de los hermanos MARX. Sirve para mostrar a los lectores que aquí hay mucho podrido y que puede pasar de todo.

Jorge: Dos banqueros, un militar y un obispo y el poder como una partida de cartas. Y con ellos un pintor que no quiere saber nada de política. Como muchos de nosotros.

Ignacio: Y por cierto, también el título también tiene su historia.

 

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Jorge: El título y la portada original con la que la novela se publicó. Las Cinco Muertes del Barón Airado fue uno alternativo que busqué por indicación de la editorial ya que el original no les gustaba. A mí tampoco me gustaba el dibujo que le pusieron. Por más que les insistí que lo lógico era que apareciera un cuadro de Casas por ser el protagonista, no me hicieron caso.

Ignacio: Que yo pretenda hablar de las virtudes de La Tiranía del Espíritu, huelga ante las alabanzas que personas de gran prestigio le dedicaron: Eduardo Mendoza, Lorenzo Silva, Alicia Giménez-Barlett...

 

Jorge: Casi todos recibieron premios ese año menos yo. Fueron muchos críticos los que la alabaron, pero si te soy sincero lo que más ilusión me hizo fue que personas que la habían leído me la explicaban como si yo no fuera el autor. Todavía me pasa. Es más, hace siete años que se publicó y los lectores se acuerdan de la trama.

 

 

Ignacio: La segunda parte de esta trilogía hilarante-trágica-trepidante y delirante tiene su detonante con el estreno de la obra teatral de Santiago Rusiñol L’Héroe. Puedes explicar el cómo y por qué de ese comienzo.

Jorge: Había acabado la primera novela y sentía que los personajes se resistían a morir y a ser olvidados. Una mañana me desperté enredado en un extraño sueño: Ramón Casas había quedado en desayunar con su amigo Santiago Rusiñol y este no aparecía; cuando iba a buscarlo a su casa se encontraba en la cama un rastro de sangre. El caso es que por casualidad me enteré de que Rusiñol se sintió amenazado por militares cuando estaba a punto de estrenar esa obra, L’Héroe.

Ignacio: Y hablas de la reacción de catalanistas y militaristas que se miran en un personaje guiñolesco, pero que tiene sus trasuntos en la historia del general Díaz Bermejo, un salvapatrias que repescas de la primera novela.

Jorge: La desaparición de Rusiñol pone en movimiento a Ramón Casas, a todos sus amigos y a una serie de personajes, un comisario de policía (también lo repesco de la primera) y el capitán general, que van participando en una acción que se desarrolla en una frenética jornada. Es un canto a la amistad. Después está una segunda historia que nos lleva hasta una colonia textil donde pasa de todo en la que gobierna un pequeño Dios, Fábregas. Aquí tengo que explicar que el inicio de esta historia me lo dieron el cabo Sierra, que me contó que había estado destinado en la colonia de la cementera de Garraf para controlar que los hijos e los trabajadores no durmieran en la casa familiar si tenían una edad, y José Luis Martín, un compañero de ALGA que fue a ver si le interesaba un puesto de cartero en una población aragonesa y le dijeron algo así como: “Te lo vamos a decir antes de que enteres por otra persona: en esta viga se colgó el cartero al que vas a sustituir si te quedas con la plaza”. A ver quien no empieza una historia con semejantes mimbres.

Ignacio: Yo sí diré algo más: y es que todo está pensado en esta obra teatral-novelesca, o viceversa, calculado y ejecutado a la perfección, con una imaginación casi calenturienta de gran calidad literaria y con tan diferentes registros como la imaginería erótica de un cabo de la guardia civil, la tragedia de los asesinatos más viles y absurdos, hasta el espectáculo esperpéntico de unos artistas bohemios armados por un jefe de policía en busca y captura de un militar golpista, por ejemplo.  Entre la imaginación derrochada, la calidad literaria, la acción frenética y el esperpento paroxista, crean un cóctel humorístico de gran calidad. Y cuando lleguéis a la escena final disfrutaréis incluso de un homenaje humorístico a Agatha Christie. Y he dicho a la última escena porque le has dado estructura teatral.

Jorge: Uno no es consciente de muchas cosas hasta que se pone a escribir. Al investigar sobre la dramaturgia de Santiago Rusiñol, encontré libros sobre el Romea y el teatro catalán de la época, y creo que eso me decidió a darle una estructura teatral de tres actos cada vez más cortos hasta el desenlace final.

Ignacio: Hay personajes totalmente ciertos y comprobables, aunque vistos bajo tu prisma personal y también referencias histórico-literarias. Por cierto se alude a una controversia anterior por el estreno de otra obra de Rusiñol Els Jocs Florals de Canprosa. ¿Qué pasó?

Jorge: Que cuando se estrenó la obra no gustó nada a los catalanistas de la época porque el autor se choteaba de uno de los supuestos logros de la Renaixença, el Jocs Florals. Lo que no deja de tener su gracia porque su hermano Albert había sido uno de los principales fundadores de la Lliga Regionalista. Santiago Rusiñol fue tildado de traidor a La Causa.

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Ignacio: Un corto título para 800 páginas y dos volúmenes. Pero tranquilos, se trata de un minucioso retrato de la Barcelona de hace 100 años que vosotros veréis en qué se parece a nuestra Cataluña y España de hoy.

Jorge: Es curioso que utilices la palabra “minucioso” cuando no era consciente de hacer ese retrato cuando la escribía, se ha ido haciendo poco a poco. Es ahora me doy cuenta de que Barcelona acaba siendo la Protagonista (con mayúsculas) de la historia. Y que la situación se parezca en mucho o en poco a la actualidad no fue buscado. Tenéis que pensar que la empecé a escribir en 2008, cuatro años antes de que se iniciara El ProcésAsí que no sé hasta qué punto la realidad ha copiado a la ficción y no al revés. Quizá los lectores tendréis la última palabra. En mi descargo he de decir que todas las críticas catalanistas contra Madrid están casi copiadas literalmente de discursos y publicaciones de la época. Las de la caverna mediática del Madrid de la época también.

En la primera parte, En el Polvorín, se presenta a los personajes y sus primeras acciones; en la segunda, Empujados Hacia el Drama, finalmente se produce lo que se profetizaba en la primera novela.

Ignacio: Una ciudad burguesa que se moderniza imitando a París. He apuntado algunas ideas que creo que se merecen que las tratemos.

Aparece la alta burguesía con sus lujos, sus negocios, su endogamia, sus fantasías de gloria, su cinismo, su religiosidad, su oculto egoísmo  individualista (comparar la vacuidad de materiales del Palau de la Música con las mansiones personales, o el hecho de los templos expiatorios que expían los pecados de la burguesía con la financiación popular)

Aparece la bohemia artística de los hijos burgueses con sus aspiraciones artísticas y ansias de regeneración personal y social, pero viviendo en su burbuja artístico-social: Casas, Rusiñol, Romeu, Peius, Utrillo…, (el partido Modernista).

También hay que destacar la presencia del elemento religioso que perdona los pecados de la burguesía a cambio de limosnas suculentas y templos expiatorios.

Jorge: No puede ser de otra manera tratándose de la Barcelona de principios del siglo XX. Como digo en el libro, cada burguesía crea unas modas para diferenciarse y aquí alumbró el modernisme y después el noucentisme. Y junto a esa Barcelona, la Barcelona obrera que sufre la explotación de las clases adineradas que se han pasado a las filas del catalanismo conservador de La Lliga. Por cierto, un pal de paller, como la antigua Convergència, que también sufrió divisiones en su seno y despreciaba al republicanismo españolista de Lerroux. Mientras, los políticos españoles no se enteraban.

Ignacio: La lista parece inacabable. Están los militares de todo tipo y condición.

Los funcionarios públicos policiales y judiciales. Atención a ese personaje tan redondo que es Agustín Suances.

Los dos viejos  y sabios zorros: Carbó y Sangenís.

Los extraterrestres: El rey Alfonso XIII, Deering, Sagrajas, Linares, Maura, y al principio Chavarri.

La grandes causas: Monarquía, República, Anarquismo, Oligarquía, Militarismo, Catalunya, España…

Jorge: Todas con mayúsculas. Ese es uno de los mensajes de la novela. Que había muchas causas que jugaban a acabar con las otras. Un juego peligroso, porque hay que recordar que en esa Barcelona se tiraban bombas y petardos y que en ella hubo varios atentados contra políticos.

Ignacio: Y a la vez que haces este lento, exhaustivo y maravilloso cuadro humano y urbanístico de Barcelona, se fragua una tormenta perfecta que coge a todos desprevenidos, encerrados en su bucle social, y acaba por darles un baño completo. En mis guiñoles infantiles amenazaban los buenos y finalmente recibían los malos. Aquí todos reciben.

Jorge: El título tiene que ver con eso: el que empiece a leerla ha de saber que todo el mundo que aparece (el rey, el gobierno, los militares, los catalanistas, los anarquistas, los republicanos) va a recibir, como estamos haciendo nosotros ahora. Finalmente estalla el fin del mundo  y cada uno, aparte de recibir, reacciona como es: héroe, cobarde, asesino…

Ignacio: Hablemos del estilo literario. Cuidar el estilo en las dos primeras y la segunda novelas parece “fácil”. Tienen una amplitud razonable y es una gozada leerla despacio disfrutando de momentos sublimes de tan diferentes registros. ¿Pero en Todos reciben, que tiene el doble de amplitud?

¿Cómo tal cantidad de actores que no figurantes, pertenecientes a tantos grupos sociales tan diferentes, con tanto litigio real o inventado pueden convivir y entremezclarse como elementos de una acción?

Y sin embargo, la acción es tan múltiple, tan perfectamente entramada, tan vertiginosa y arrolladora que apenas dejas respiro al lector con algunas historias paralelas.

¿Cuánto tiempo y trabajo le has tenido que dedicar para conseguirlo?

Jorge: Empecé a escribirla nada más acabar El Lugar Más Tranquilo, así que han sido unos diez años. Recuerdo que las primeras páginas, empezaba explicando la llegada del Alfonso XIII a Barcelona, me salieron casi de un tirón.

El problema más grave para mí ha sido el de la estructura. Me di cuenta de que tenía que dedicarle un capítulo a explicar la situación de los personajes antes del recibimiento del rey y para darle un ritmo determinado a la narración hube de encontrar a otros que se repitieran para introducir las diferentes jornada. Creo que he acumulado una tonelada de papel con las diferentes versiones hasta llegar a la definitiva. También sabía que por su bien el lector tenía que entender que los principales solo eran unos cuantos y fácilmente identificables.

Ignacio: Y yo aviso: es necesario volver a leer estas 800 páginas para apreciar su perfecto engranaje, esa maravilla arquitectónica en la que parece que si arrancas una pieza el edificio vaya a caerse, como en una bóveda gótica.

Otra cuestión. Hay momentos en que la tercera parte parece un libro de historia encubierto. Como hace García Márquez en Cien Años de Soledad o Galdós en sus Episodios Nacionales.

Jorge: Aunque lo parezca, no lo es. Es una novela histórica en las formas y por su ambiente, pero utilizo los sucesos históricos con un valor novelístico y lo mismo las opiniones que expresan los personajes, aunque estén sacadas de documentos reales y oficiales.

Ignacio: Tampoco el tempus histórico es exacto.

Jorge: Es verdad. Juego con los hechos históricos atrasando o adelantando días o años para dar a la novela un corpus temporal creíble para el lector. Como novelista puedo cambiarlo todo o parte y puedo mentir, cosa que no haría nunca como historiador. Yo los “cuento” y espero despertar emociones y reflexiones. Eso es todo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ignacio: Y naturalmente entre todos los grupos sociales enfrentados, se nota una no disimulada simpatía por los obreros y los anarquistas, aunque sean los que más reciban.

Jorge: Sí hay una carga ética de simpatía hacia los que sufren y una clara antipatía hacia los salvapatrias de todo signo que quieren hacer guerras y revoluciones con sangre ajena. Eso no puedo negarlo.

Ignacio: A otro nivel, hay un reconocimiento de los bohemios hijos de burgueses que en su momento se dedicaron al arte con tanto éxito y al buen vivir. Esa admiración se nota.

Jorge: Hay un reconocimiento a esas personas que huyeron de un destino prefijado en la oficina o en la fábrica, como es el caso de Rusiñol, Casas o Maragall. Pero también tienen sus zonas de sombras.

Ignacio: Aunque tú pareces más inclinado a verte reflejado en Chavarri que comienza de aprendiz de periodista y acaba de cronista y comentarista de los hechos que le toca vivir, en los apuntes de su libreta.

Jorge: Chavarri fue un hallazgo en la segunda novela y lo es más aún en la tercera porque acaba siendo uno de los protagonistas. ¿La clave de la bóveda? Ya he dicho que en gran parte sí porque de él depende la estructura de la novela y de que resiste el terremoto que se va a producir. Es un nuevo Augusto Riera, pero el que sea además músico ayuda a entender al personaje de Julia, de la que no hemos hablado.

Ignacio: Sofía-Julia. Ese personaje que cuando aparece se apodera de la escena con su encanto y belleza increíbles, con sus indecisiones, con ese origen obrero y destino indefinible, qué representa en las tres obras.

Jorge: Es una parte del mundo obrero incrustada en una casa burguesa. Y eso no gusta nada a la familia del pintor. Un tema interesante es el de la Julia “verdadera” y no la de ficción.

Ignacio: Y aunque parece un personaje muy secundario, el comisario Agustín Suances, a mí me parece uno de los más redondos. Es el que más evoluciona a lo largo de la trilogía y de hecho lo uso muchas veces para describir y calificar situaciones y otros personajes.

Jorge: Es muy secundario en la primera, destaca más en la segunda y es imprescindible en la tercera. Y aquí lo hago coincidir con los guardias civiles Pisón y Doblas para enfrentarse a unas situaciones sorprendentes: atentados, asesinatos no resueltos… 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ignacio: Y con esto yo termino. Aquí tenéis LA TRILOGÍA DE RAMÓN CASAS de Jorge Navarro Pérez, nuestro amigo y convecino.

Espero que en un tiempo prudencial podamos hacer una tertulia aquí mismo con vosotros, cuando ya la hayáis leído, y entre todos podamos comentar vuestras impresiones que no dudo serán muy positivas. Ha sido un honor acompañarte aquí, Jorge. Un honor y un disfrute. Has acabado esta trilogía que ha ocupado tu esfuerzo durante tantos años y estoy seguro que tu espíritu está volando en torno a otras historias y personajes que un día nos presentarás. Felicidades.

Y vosotros, amigos, a leer la trilogía, no os defraudará; antes bien la vais a disfrutar tanto que estoy seguro que no os arrepentiréis si me hacéis caso: es un precioso regalo de navidad para la gente que apreciáis y además un empujón al éxito de un trabajo que lo merece.

Gracias, Jorge, gracias a todos.

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Fotografía: Yolanda Lerga
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